Ruta realizada el Lunes 30/10/2023
Participantes: Alfredo, Domingo, Félix
Reproductor audio crónica:
En Higueruelas empezamos la segunda ruta de la escapada, pero previamente hubo una discusión sobre que ruta realizar; yo quería la ruta de los cañones que coincidía parcialmente con la de senderismo y el resto quería otra ruta menos dura. Al final eligieron el resto (dos contra uno), pero cometieron un gran error, eligieron la ruta mas cañera de Higueruelas donde yo mismo acabé reventado de tantas trialeras y eso que estrenaba eléctrica de 29″ con suspensiones y ruedas sobredimensionadas para enduro.
El otro tema de discusión, casi al mismo nivel que la amnistía, fue donde comer en la España abandonada un lunes. La conclusión a la que llegamos es que el mejor sitio para comer de diario es en un restaurante de polígono (el único que habría los lunes). Y fue lo que hicimos, identificamos un restaurante en el polígono de Villar del Arzobispo llamado «La Loma» con su buen parking para furgonetas de todos los tamaños y servicio rápido, eficiente y barato.
Volviendo a la ruta, esta etapa consiste en tres lazos que comienzan subiendo por pista y terminan en trialeras muy divertidas entre pinos.
El primer lazo transcurre por el norte de Higueruelas en los Cerros Simón donde hay un parque de molinos espectacular en los que curiosamente había muchos parados a pesar del fuerte viento (claramente aposta para no abaratar en exceso la luz).
El tamaño de los molinos eran brutales y hasta que no estabas cerca no eras consciente de su altura. Además son de tres palas y el zumbido era constante.
Tras aproximadamente 8 km de subida llegamos a la cima del cerro Simón sin apenas sudar gracias al apoyo de las bicis eléctricas. Seguimos llaneando hasta el cerro de las pedrizas donde comenzó el festival de 6 km de trialeras entre pinos mediterráneos.
Por primera vez pude probar mi Trek Rail 9.8 XT y es una pasada. Se tragaba todo y no tenía limites. Vamos, un peligro andante. Acabamos con los brazos reventados.
El segundo lazo recorre la sierra de los pinares al sur de Higueruelas con una trialera también muy divertida pero de menor calado. Desde este lado pudimos ver la planta de procesamiento de caolín y nuestras bicis se llenaron de un polvillo blanco que afortunadamente fue fácil quitar. En lo alto aprovechamos para tomar el plátano, realizar la correspondiente meada y proseguir con el resto de la ruta.
El tercer lazo, mas divertido si cabe, se dirigía hacia el oeste hasta el caserío Hoya de Antaño. De nuevo comenzamos con una subida tendida y terminamos con 5 km de trialeras.
Acabamos todos reventaditos con los brazos doloridos, pero disfrutamos como enanos.
Cargamos la «fregoneta» y nos fuimos al restaurante del polígono de Villar del Arzobispo llamado «La Loma» donde aparcamos nuestra furgoneta sin problemas (por cierto nuestra furgoneta era la mas grande del parking). La entrada al restaurante parecía una película del oeste donde tres forasteros vestidos de ciclistas entraban en la cantina del pueblo y el barrendero, el fontanero, los mozos de transporte y demás habitantes del polígono se dieron la vuelta para observar a los nuevos. Nos recibieron dos camareras curtidas en todo tipo de fauna y nos trajeron la comida con una eficiencia militar. Al final, un entrante de ensalada, primero, segundo, postre y café 11 euros. Y encima te dan una tarjetita que donde te regalan un menú por diez visitas.
Cuando estábamos casi terminando vimos una oferta para ciclista mas barata que el menú tradicional. Por curiosidad preguntamos a la camarera (que por cierto se acordó de los tipos de café que pedimos cuando volvimos) y nos contó que por 5,5 € tenias un cocido y por 0,5 € mas tenias barra libre de bebidas.
La jornada terminó con una buena siesta junto con la planificación de la cena y la ruta del siguiente día.
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Una respuesta a “Higueruelas y sus trialeras sin fin”
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La ruta es perfecta para probar las nuevas monturas en terrenos técnicos. Domingo y yo íbamos muy prudentes en las pocas zonas donde se preveía la hostia, mientras Alfredo bajaba empalmado todo el sendero.
A pesar del desnivel acumulado de dos días consecutivos superando los 1100m, lo que más se me cansó fueron los tríceps. Y es que las e-bikes hace que disfrutes tanto las subidas como las bajadas. Gran invento.